Una locura se vivió el fin de semana tras los dos conciertos que ofreció la colombiana Karol G en Lima. Desde la mañana, miles de jóvenes, en su mayoría mujeres, llegaron al estadio de la Universidad San Marcos para hacer su cola y estar lo más cerca posible de su cantante favorita. Sin duda quienes ganaron más con la fiebre que desató en la capital “La Bichota” fueron los vendedores ambulantes, quienes se apostaron en las inmediaciones del estadio para ofrecer toda clase de productos, desde sombreros, polos, peinados y maquillaje, hasta comida. Lo malo de todo eso fue el caos vehicular que se vivió en la zona, tanto al ingreso como a la salida del concierto. Además de la basura que quedó en las inmediaciones. Jalón de orejas a los organizadores, las autoridades locales y la Policía, quienes no toman medidas suficientes para evitar los atascos. Los vecinos afectados en su libre tránsito es otro tema que también debe ser tomado en cuenta. Conciertos sí, pero con más orden.