La agresión física que sufrió la tarde de ayer la presidenta Dina Boluarte durante una actividad oficial en Ayacucho puso en evidencia lo fácil que puede ser burlar la seguridad que rodea a la mandataria. Sin duda fue un descuido por parte del personal que custodia a la presidenta permitir que dos mujeres logren acercarse lo suficiente para atacarla. En esta oportunidad solo se trató de un jalón de cabellos; pero ¿qué hubiera pasado si esas personas hubieran estado armadas? Una desgracia. Cabe señalar que las mujeres que agredieron a Boluarte resultaron ser familiares de personas fallecidas durante las protestas de diciembre del año 2022. Ambas fueron detenidas y liberadas al poco tiempo. La impotencia por sentir que no han alcanzado justicia no justifica su actuar violento. Por ello, las autoridades correspondientes no pueden dejar pasar por alto esta situación, que merece la atención y las sanciones correspondientes a todos los implicados. Que quede claro que la justicia no se puede tomar con las propias manos y quedar impune.