El Perú y los peruanos tienen suficientes problemas como la delincuencia común, la alicaída economía y hasta la aparición de una nueva variante del COVID-19, como para que encima tengamos que soportar que un asesino como el cabecilla terrorista Víctor Polay venga a meter su veneno y tratar de buscar reparaciones o mejorar sus condiciones carcelarias, cuando más bien debería estar agradecido no haber recibido la pena de muerte. Este criminal ha decidido tomarles el pelo a los peruanos, en complicidad con un grupo de abogados, uno de ellos “eminente” como Javier Valle Riestra, que se ha prestado para defender a un indefendible que para desgracia de todos, en cuatro años más veremos salir en libertad como ya lo hizo otro carnicero de su calaña como Peter Cárdenas y tantos otros que se salvaron de las justas cadenas perpetuas que se les pusieron inicialmente. Ni un sol para Polay, tal como en anteriores gobiernos se ha dado a otros asesinos, algunos de ellos incluso extranjeros. No más burlas a los peruanos.