Una matanza como la perpetrada por un grupo de delincuentes peruanos y extranjeros en el campamento de la minera Poderosa, en la provincia de Pataz, región La Libertad, no puede quedar impune. Sin embargo, más allá de lo que ocurra tras la muerte de nueve trabajadores, no deja de llamar la atención el poco interés que ha venido poniendo el Poder Ejecutivo en atender los pedidos de empresas como la atacada, que ha estado advirtiendo del entorno de inseguridad en el que realizaba sus operaciones. Para nadie es un secreto que la sierra liberteña es tierra de nadie desde hace muchos años, donde la minería ilegal se mezcla con el hampa para matar y robar a quienes trabajan dentro de la legalidad. ¿Se hizo algo hasta ahora? Lamentablemente no, y hoy se ven las consecuencias de la inacción y la desidia. La presidenta Dina Boluarte dice que busca atraer inversionistas, ¿será para que maten a sus trabajadores como acaba de suceder en Pataz?