Diez salvajes provistos de palos que hacían de trabajadores del área de Fiscalización de la Municipalidad de La Victoria, en Lima, han sido separados de sus puestos y denunciados por el propio municipio luego de agredir brutalmente a los propietarios y trabajadores de una funeraria por poner un cono en la calle. La autoridad edil ha tratado de cortar por lo sano ante este condenable acto. Sin embargo, acá el alcalde y sus funcionarios son también responsables por dar empleo a esta gavilla de potenciales asesinos, a los que todos hemos visto en televisión atacando a ciudadanos por nada. ¿Quién estuvo a cargo de su selección como empleados públicos? ¿De dónde sacaron a estos impresentables? ¿De un penal? Bien que los hayan botado y que hayan sido denunciados por la vía penal, pero esto no debe quedar allí. El Estado no puede estar reclutando a gente como esta. El alcalde victoriano tiene mucho que explicar a sus vecinos.