Cada día la delincuencia avanza sin freno en Lima y provincias y todo indica que ningún estado de emergencia ayudará a combatir a los criminales si las autoridades no se ponen a trabajar de verdad. Por ejemplo, ya es cotidiano ver a los hampones del “gota a gota” circular en motos y “visitar” mercados y pequeños negocios para exigir el pago de sus ilegales préstamos. Y lo hacen a vista y paciencia de la gente, infundiendo miedo y protegiendo sus rostros con cascos que no se los sacan para nada.

Tan extendida está tal red mafiosa que no solo publicitan sus “préstamos” en postes, con llamadas telefónicas o mensajes, pues también entregan tarjetas en las casas presentándose como empresas formales.

Ante todo esto, es muy extraño que la Policía no les caiga encima rápido. Y ni hablar de las extorsiones a los mototaxistas, colectiveros y empresas formales de transporte urbano. Si el Gobierno no actúa con firmeza, la situación pinta para peor y eso no queremos.