El país, literalmente, se cae a pedazos. Veamos: las amas de casa todos los días chocan con alimentos más caros, los combustibles escasean y suben de precio a cada rato, la muerte está a la vuelta de la esquina a manos de la delincuencia común, la corrupción chorrea a todo nivel; sin embargo, para Pedro Castillo no pasa nada y las críticas a su precario gobierno provienen de grupos que no lo quieren en el poder porque viene del campo y no habla “bonito como ellos”. Una manía de victimización y autodiscriminación que es apuntalada por su premier, Aníbal Torres, y ministros-guardaespaldas como Alejandro Salas y Félix Chero, de una acción realmente patética. La denuncia de que un sujeto conocido como ‘El Español’ tendría la tarea de enrolar a malos elementos de la PNP para asesinar al coronel Harvey Colchado, a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y a la fiscal Marita Barreto resulta gravísima y en cualquier país pondría los pelos de punta a sus autoridades, pero aquí el profesor se hace el sueco. ¿En qué manos hemos caído?