El Ministerio Público y el Poder Judicial se han burlado de los peruanos con la liberación de los delincuentes extranjeros que a fines de noviembre fueron capturados por la Policía Nacional en el llamado “Búnker de Pachacámac”, un antro donde estos impresentables tenían armas y drogas. Para los “genios” de los fiscales y jueces, esto no ha sido suficiente para encerrarlos al menos mientras duren las investigaciones. Es más, uno de los capturados y liberados ha disparado el martes último contra los policías que iban a detenerlo nuevamente en San Juan de Lurigancho. Esto es escandaloso y debe llevar, por lo menos, a la destitución de los magistrados que le han jugado sucio a la ciudadanía y quizá a que sean denunciados penalmente por, en la práctica, ser cómplices de bandas de hampones de alta peligrosidad. Todos vivimos aterrados por la inseguridad en las calles, pero para nuestros jueces y fiscales acá no pasa nada, los capturados son unos pobres angelitos. Es la cruda realidad