La gran cantidad de peruanos con anemia (5 millones en 2021) debe causar vergüenza en las autoridades que poco o nada hacen a favor de impulsar políticas sociales, educativas, nutricionales y de saneamiento (con servicios de agua y desagüe) para mejorar las condiciones de vida y alimenticias de nuestra población. Las 60,112 embarazadas con anemia en 2023, como reportó OJO, y los 700,000 niños de 6 a 35 meses en tal condición, revelan la incapacidad del Gobierno. En vez de defender a Dina Boluarte, los ministros de Salud; de Desarrollo e Inclusión Social; de Vivienda, Construcción y Saneamiento; y de otros sectores vinculados a las condiciones sociales deberían ponerse a trabajar. Si a la inoperancia de autoridades sumamos el aumento de la pobreza que confirma el Inei, la anemia -problema de salud pública producto de la desnutrición- condenará a nuestro país al atraso con gente debilitada, enferma y de escasa productividad laboral.

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