De la señora Dina Boluarte no podía esperarse mucho. Venía del partido de un delincuente como es Vladimir Cerrón y había sido ministra del inepto y corrupto Pedro Castillo. Sin embargo, al menos se creía posible que transite desde fines del 2022 hasta julio del 2026 con algo de estabilidad para el país. Solo había que buscar gente capaz para los ministerios y alejarse de cualquier situación al menos próxima a la corrupción. Lo primero lo ha hecho más o menos bien. Sin embargo, lo segundo ha faltado largamente. Por qué no se mantuvo alejada de su hermano Nicanor, por qué esa amistad con un sujeto tan cuestionado como su “wayki” Wilfredo Oscorima. Ahora la señora está metida en un serio problema, y de paso también el país, que ingresa a un nuevo espiral de inestabilidad, pues ya se está hablando de vacancia presidencial, algo que si no se da ahora, ocurrirá más adelante, quizá cuando el Congreso ya no pueda ser cerrado ni ser reemplazado por uno transitorio, es decir, a partir de julio del 2025.