Los crímenes por encargo y ajustes de cuenta por extorsiones y cobro de cupos no tienen cuándo parar. El estado de emergencia es un saludo a la bandera, pues las muertes continúan. La noche del lunes, un sicario se hizo pasar como pasajero, subió a una combi y desató un tiroteo que dejó cuatro muertos, entre ellos el conductor de la unidad, y tres heridos. El derramamiento de sangre continúa y en el Congreso aún no se ponen de acuerdo para debatir leyes que sancionen con mano dura este tipo de delitos. Los padres de la patria ponen más empeño en mochar el sueldo de sus trabajadores en lugar de fomentar leyes que luchen contra esa lacra que día a día mata. Esta actitud, al parecer indolente de nuestras autoridades, impulsan movilizaciones y paros nacionales como el convocado por un sector de transportistas, y al que se sumarían otros gremios, para este jueves 10 de octubre. Los peruanos estamos cansados de muertes, queremos paz.