Ayer 29 de junio además de celebrarse la fiesta religiosa de San Pedro y San Pablo, en el Perú también se festejó el Día del Pescador, fecha celebrada por los hombres de mar, en especial por quienes conforman la pesca artesanal o ancestral. Con sus chalanas o pequeños botes, estos pescadores se hacen a la mar para recoger los recursos hidrobiológicos, compitiendo directamente, y en franca desventaja, con grandes embarcaciones bolicheras. Para contrarrestar esta competencia desleal y proteger a los pescadores artesanales y ancestrales, urge que el Gobierno apruebe ya el reglamento de la Ley de la Pesca Ancestral, que lleva más de un año en lista de espera. Entregar dicho reglamento hubiera sido un buen regalo para los hombres de mar en su día. ¿Por qué es importante esta ley? Porque permitirá identificar como tal al pescador artesanal y ancestral, lo cual protegerá su trabajo y dará un mayor ordenamiento a la pesca dentro de las cinco millas marítimas peruanas, evitando así la competencia desleal.