Esta es una pregunta que me la han formulado dos veces en esta semana. Se trataba de una receta a base de beterraga, queso y vino blanco y otra preparación que era la clásica salsa de carne molida con salsa de tomate, a la que se le agregaba vino tinto, y suele acompañarse con los tallarines.
Lo cierto es que, durante el proceso de cocción, las bebidas con alcohol que ingresan a la preparación pierden el alcohol por evaporación, de manera que en la comida solo quedan los sabores, aromas y otras sustancias propias de la bebida.
De hecho, hay recetas como el pollo a la brasa donde muchas pollerías utilizan cerveza para la maceración y en ese proceso, más la cocción a la brasa, se evapora el alcohol y más bien otorgan sabores y características organolépticas al alimento.
En resumen, los niños pueden consumir alimentos que han sido preparados con bebidas con alcohol siempre y cuando hayan pasado por un proceso al calor y en un tiempo suficiente.
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