Mi sobrino Adrián me escribió desde Madre de Dios muy preocupado: la minería ilegal está ganando terreno rápidamente en los últimos años. ¡Hasta genera más dinero que el narcotráfico! Lamentablemente, no solo destruye la naturaleza, sino que también está relacionada con otros delitos como la trata de personas, el lavado de dinero y el trabajo infantil. ¡Un combo bien feo, sobrino!

Y lo peor de todo es que de nuestro país sale el 45% del oro ilegal de Sudamérica. ¡Qué palta! A pesar de que la situación está crítica, no se están tomando medidas reales para frenar su expansión. Los esfuerzos hasta ahora han sido flojos.

El Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), que supuestamente debía ayudar a “formalizar” a los mineros pequeños y artesanales, terminó siendo una burla, porque más del 95% de los inscritos no logran formalizarse. ¡Y lo peor! Sirve de “licencia” para que los mineros ilegales sigan operando sin ningún tipo de sanción. ¡Ya pues! ¿Cómo vamos a permitir que los mineros ilegales sigan operando con impunidad?

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