El pescado graso, como el salmón, la caballa o el atún, es una joya nutricional porque está cargado de omega-3, esas grasas buenas que protegen tu corazón, cerebro, vista, piel y articulaciones. Sin embargo, debemos tener cuidado al cocinarlo. Si decides freírlo, podrías estar perdiendo sus beneficios. El calor intenso descompone los omega-3 y, en lugar de protegerte, pueden generar compuestos dañinos que afectan las células, conocidos como radicales libres.

Es importante tener en cuenta que el aceite utilizado en la fritura agrega grasas saturadas y calorías innecesarias a tu alimentación. Como resultado, el plato pasa de ser súper saludable a uno de menor calidad nutricional, lo que no es lo ideal para tu salud.

La mejor opción es optar por técnicas de cocción más saludables, como a la plancha, hornear o cocinar al vapor. Así, no solo cuidas tu salud, sino que también conservas el sabor delicioso del pescado.

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