La manteca de cerdo es una opción culinaria que contiene aproximadamente un 40% de grasas saturadas, un 45% de grasas monoinsaturadas y un 10% de grasas poliinsaturadas. Esta combinación hace que sea interesante desde el punto de vista gastronómico, pero debe usarse con moderación debido a su alto contenido en grasas saturadas, que pueden ser perjudiciales para la salud cardiovascular si se consumen en exceso.
Una de las ventajas de la manteca de cerdo es su alta resistencia al calor, lo que la hace ideal para frituras. Puede usarse en la preparación de platos como empanadas y churros, donde se necesita un dorado uniforme sin que el aceite se queme. Además, las grasas monoinsaturadas de la manteca, similares a las del aceite de oliva, pueden ofrecer beneficios para la salud del corazón cuando se consumen de forma controlada.
Sin embargo, su alto contenido en grasas saturadas debe ser manejado con cautela. Se recomienda no reutilizarla más de dos veces para evitar la formación de compuestos dañinos durante la fritura. Como con cualquier fuente de grasa, es importante equilibrarla con una dieta rica en frutas, verduras y otros alimentos saludables para mantener una alimentación balanceada.
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