Una de las señales de deshidratación que, en cierta medida, está afectando al cerebro son los dolores de cabeza, mareos, desorientación o sentir que la menta se queda en blanco. La hidratación, es decir mantener los niveles normales de agua en el cuerpo, es fundamental para el órgano rey.
Recordemos que el cerebro depende del flujo de sangre ya que de ahí toma los nutrientes y el oxígeno. La correcta hidratación mantiene el buen flujo sanguíneo cerebral y promueve la circulación sanguínea lo cual es bueno para las funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria.
Un cerebro en óptimas condiciones cumple mejor la función al formar neurotransmisores y tener una buena transmisión de los mismos, entre las neuronas. La comunicación neuronal es lo que nos permite reaccionar, pensar, analizar, memorizar, entre otras funciones cognitivas. Para mantener una buena hidratación debemos beber agua o líquidos naturales no azucarados (pueden ser fríos, tibios o calientes).
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