La voz del pueblo es la voz de Dios. Y eso es lo que demostró el pueblo limeño en las últimas elecciones en las que un grupo intentaba revocar a Susana Villarán. La mayoría pensó que vacar a la alcaldesa era mucho pedir, pero sí ha puesto en capilla a su equipo de regidores de Fuerza Social y al hijo del ex alcalde Luis Castañeda por considerarlos no aptos O 'incapaces' para trabajar por la seguridad y el desarrollo de Lima.

Muchos creían que el sistema de votación era muy complejo y se podía prestar a equivocaciones en el momento de sufragar. Pero no fue así. El pueblo es sabio y cuando tiene que decir no se equivoca. Le ha dado una nueva oportunidad a la alcaldesa para que corrija sus errores y se ponga a trabajar para ordenar el caótico tráfico que hay en las calles limeñas, la inseguridad que reina en barrios populosos y residenciales, que reordene a los comerciantes de La Parada y que apoye a los alcaldes distritales para que mantengan limpias las calles y cuiden el medio ambiente.

Seguro que Susana Villarán ha entendido bien el mensaje y en estos dos años que le quedan de gobierno municipal tendrá que ponerse a trabajar para retribuir la confianza que le ha dado el pueblo, tanto para los que votaron por el 'no' como por el 'sí'. Que entienda Susana que su triunfo es pírrico y bien ajustado. El pueblo no le ha dado carta blanca y seguro que la seguirán fiscalizando, peor aún ahora que se quedará sin el apoyo mayoritario de los regidores de Fuerza Social que sí han sido revocados y serán reemplazados en nuevas elecciones.

Aparte de las diversas lecciones que nos han dejado los comicios del domingo, es bueno destacar que ya están avisadas las autoridades municipales de que los 'incapaces' pueden ser mandados a su casa por el mismo pueblo que los eligió. Ojalá que algún día se pueda hacer lo mismo con los congresistas para que no hayan representantes como el 'mataperro','comepollo' o 'robacable'.