Seguridad ciudadana con inteligencia
Seguridad ciudadana con inteligencia

El último golpe a la mafia del narcotráfico ha sido por un trabajo de inteligencia, el famoso 'soplo' como lo conoce el común de la gente y la inteligencia de las fuerzas armadas y policiales tiene que aplicarse a fondo para luchar contra la delincuencia y la corrupción. Así lo hizo Alberto Fujimori para infiltrar y desbaratar a los grupos terroristas, como sendero luminoso y el MRTA, que por los años 90 amenazaban la seguridad del estado. Ahora hay otro tipo de grupos criminales que se organizan desde las cárceles y forman grandes mafias como las de la 'Gran Familia' o el ' Cholo Jacinto', que dirigen a sus sicarios para extorsionar o cobrar cupos por miles de soles a empresarios o comerciantes que nunca denuncian porque están amenazados de muerte.

En consecuencia, así como se utilizó el servicio de inteligencia para lucha contra el terrorismo, ahora hay que aprovecharlo para combatir al narcotráfico, los 'marcas', los sicarios, los extorsionadores, roba carros, roba casas, piratas de carreteras y todas las bandas de criminales que azotan a las ciudades del país. El ejército, la marina y la aviación tienen un magnífico servicio de inteligencia que pueden sumar esfuerzos con las fuerzas policiales para dar golpe a la delincuencia que viene causando un grave daño al país. Hace tiempo que se debió hacer lo más práctico y sencillo: bloquear las llamadas por celular en los penales desde donde salen las órdenes para extorsionar y matar. Al contrario, en lugar de hacerlo, ahora hay trabajadores de los mismas penales que ingresan los chips para vendérselos a los delincuentes.

Los miles de policías tienen que convertirse en 'ojos y oídos' para datear a sus jefes y unidades sobre las guaridas o los lugares por donde se desplazan los delincuentes. Hay barrios que son temibles por la presencia de delincuentes y allí residentes hasta policías, pero estos en lugar de denunciarlos o combatirlos más bien los protegen o se hacen de la vista gorda. Todos los vecinos saben dónde se venden drogas, dónde guardan carros robados, dónde se reúnen los asaltantes para planear los atracos, dónde hay prostitución, pero los únicos que no se enteran son los policías. Así que se les tienen que inculcar a estos señores a ser consecuentes con su trabajo, a defender al pueblo que les paga su sueldo y no a ser cómplices de los delincuentes ni a venderse por unos soles a cambio de guardar silencio.

Por eso es que la seguridad ciudadana mucho depende de la inteligencia con que actúen las fuerzas policiales en combinación con las fuerzas armadas, tal como lo hacen en el Vraem. Así se tiene que hacer en los penales que, por la tan descarada corrupción, se han convertido en 'universidades' del delito. No puede ser que los presos más avezados estén utilizando hasta el internet para dirigir a sus bandas desde la cárcel. No es nada del otro mundo interceptar líneas de teléfonos o correos que entren o salgan desde los centros penitenciarios. Como igual hay que rastrear a los delincuentes que salen libres y luego se dedican a cometer fechorías con total impunidad porque la policía los captura y luego vienen los jueces y fiscales para dejarlos libres por 'falta de pruebas'. Así toda la vida seremos presa fácil de los delincuentes y corruptos tal como está sucediendo en la región Ancash donde matan a diestra y siniestra y no hay culpables. Todo por la indiferencia del gobierno y la justicia que solo saben lavarse las manos como Pilatos.