Miles de taxistas se manifestaron hoy en varias ciudades españolas contra la competencia "desleal" que a su juicio representan plataformas como Uber o Cabify, con Madrid como escenario principal.
La jornada de protesta ha despoblado las paradas de taxis en lugares estratégicos como los aeropuertos de Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona), así como en estaciones de tren, donde los viajeros han tenido que hacer largas colas para comprar billetes de metro o autobús.
La protesta más importante se desarrolló en Madrid, donde se concentraron miles de taxistas, entre 10.000 y 6.000, según las fuentes.
La marcha estuvo acompañada por el ruido de las tracas y el sonar de las bocinas, que los taxistas activaron al llegar al final del recorrido en la Plaza de Neptuno, próxima al Congreso de los Diputado.
Tras la manifestación, los taxistas, que secundan de forma mayoritaria paros de doce horas en Madrid y de veinticuatro en Barcelona, se acercaron hasta la Cámara Baja, donde entregaron a los grupos parlamentarios un documento con sus propuestas.
Después se produjo uno de los incidentes de la jornada, cuando el líder de Podemos (izquierda), Pablo Iglesias, se vio salpicado por un huevo que los taxistas concentrados lanzaron hacia este diputado, aunque el impacto directo se lo llevó el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos, Julio Sanz.
Iglesias y varios parlamentarios de su partido se habían acercado hasta la manifestación, acompañados por los representantes del sector que habían ido al Congreso.
Además, cuatro personas fueron detenidas durante la protesta en Madrid, tres de ellas por enfrentamientos con la Policía y una cuarta acusada de daños, informaron a Efe fuentes policiales.
A pesar de la huelga, los taxistas de Madrid "ofrecerán servicio mínimo para aquellas personas de movilidad reducida", informaron a Efe personal del sector, igual que en Barcelona, las dos ciudades donde el paro dura más tiempo.
También ha habido dos horas de huelga en Valencia (este), la tercera ciudad de España, y concentraciones y protestas en otras capitales como Valladolid (centro).
Los paros dispararon la demanda de viajes a través de Cabify y Uber, lo que les llevó a suprimir temporalmente la posibilidad de realizar reservas a través de sus aplicaciones. Sí fue posible durante todo el día pedir vehículos para servicios inmediatos.
La protesta fue calificada de "jornada sin precedentes" por el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de España, Julio Sanz, quien explicó a Efe que este camino emprendido por el taxi "no tiene retorno".
Sanz pidió "medidas concretas y de aplicación inmediata" para un colectivo de más de 10.000 personas y reiteró que la Administración "tiene que posicionarse, o por un servicio público u otro privado en manos de tres o cuatro grandes empresas".
Las organizaciones de taxistas denuncian la concesión, a su juicio indiscriminada, de autorizaciones de VTC (vehículo de alquiler con conductor) a empresas como Uber y Cabify, que choca con la ley española, donde se establece una ratio de una licencia de VTC por cada 30 taxis.
Por otra parte, la plataforma de transporte Uber pide a los taxistas y las administraciones públicas que se sienten junto a ellos en una mesa de negociación para exponer "constructivamente" cada uno sus argumentos y hacer que España "pase de la movilidad del siglo XX a la del siglo XXI".
Tanto Uber como Cabify insistieron hoy en la legalidad de los servicios que prestan, aunque respetan el derecho de los taxistas a la huelga.
Respecto al Gobierno, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, abogó este martes por defender el sector del taxi incrementando los controles sobre el mercado de alquiler con conductor (VTC) en el que operan empresas como Uber o Cabify.
Miles de taxistas se manifestaron hoy en varias ciudades españolas contra la competencia "desleal" que a su juicio representan plataformas como Uber o Cabify, con Madrid como escenario principal.
La jornada de protesta ha despoblado las paradas de taxis en lugares estratégicos como los aeropuertos de Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona), así como en estaciones de tren, donde los viajeros han tenido que hacer largas colas para comprar billetes de metro o autobús.
La protesta más importante se desarrolló en Madrid, donde se concentraron miles de taxistas, entre 10.000 y 6.000, según las fuentes.
La marcha estuvo acompañada por el ruido de las tracas y el sonar de las bocinas, que los taxistas activaron al llegar al final del recorrido en la Plaza de Neptuno, próxima al Congreso de los Diputado.
Tras la manifestación, los taxistas, que secundan de forma mayoritaria paros de doce horas en Madrid y de veinticuatro en Barcelona, se acercaron hasta la Cámara Baja, donde entregaron a los grupos parlamentarios un documento con sus propuestas.
Después se produjo uno de los incidentes de la jornada, cuando el líder de Podemos (izquierda), Pablo Iglesias, se vio salpicado por un huevo que los taxistas concentrados lanzaron hacia este diputado, aunque el impacto directo se lo llevó el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos, Julio Sanz.
Iglesias y varios parlamentarios de su partido se habían acercado hasta la manifestación, acompañados por los representantes del sector que habían ido al Congreso.
Además, cuatro personas fueron detenidas durante la protesta en Madrid, tres de ellas por enfrentamientos con la Policía y una cuarta acusada de daños, informaron a Efe fuentes policiales.
A pesar de la huelga, los taxistas de Madrid "ofrecerán servicio mínimo para aquellas personas de movilidad reducida", informaron a Efe personal del sector, igual que en Barcelona, las dos ciudades donde el paro dura más tiempo.
También ha habido dos horas de huelga en Valencia (este), la tercera ciudad de España, y concentraciones y protestas en otras capitales como Valladolid (centro).
Los paros dispararon la demanda de viajes a través de Cabify y Uber, lo que les llevó a suprimir temporalmente la posibilidad de realizar reservas a través de sus aplicaciones. Sí fue posible durante todo el día pedir vehículos para servicios inmediatos.
La protesta fue calificada de "jornada sin precedentes" por el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de España, Julio Sanz, quien explicó a Efe que este camino emprendido por el taxi "no tiene retorno".
Sanz pidió "medidas concretas y de aplicación inmediata" para un colectivo de más de 10.000 personas y reiteró que la Administración "tiene que posicionarse, o por un servicio público u otro privado en manos de tres o cuatro grandes empresas".
Las organizaciones de taxistas denuncian la concesión, a su juicio indiscriminada, de autorizaciones de VTC (vehículo de alquiler con conductor) a empresas como Uber y Cabify, que choca con la ley española, donde se establece una ratio de una licencia de VTC por cada 30 taxis.
Por otra parte, la plataforma de transporte Uber pide a los taxistas y las administraciones públicas que se sienten junto a ellos en una mesa de negociación para exponer "constructivamente" cada uno sus argumentos y hacer que España "pase de la movilidad del siglo XX a la del siglo XXI".
Tanto Uber como Cabify insistieron hoy en la legalidad de los servicios que prestan, aunque respetan el derecho de los taxistas a la huelga.
Respecto al Gobierno, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, abogó este martes por defender el sector del taxi incrementando los controles sobre el mercado de alquiler con conductor (VTC) en el que operan empresas como Uber o Cabify.
Miles de taxistas se manifestaron hoy en varias ciudades españolas contra la competencia "desleal" que a su juicio representan plataformas como Uber o Cabify, con Madrid como escenario principal.
La jornada de protesta ha despoblado las paradas de taxis en lugares estratégicos como los aeropuertos de Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona), así como en estaciones de tren, donde los viajeros han tenido que hacer largas colas para comprar billetes de metro o autobús.
La protesta más importante se desarrolló en Madrid, donde se concentraron miles de taxistas, entre 10.000 y 6.000, según las fuentes.
La marcha estuvo acompañada por el ruido de las tracas y el sonar de las bocinas, que los taxistas activaron al llegar al final del recorrido en la Plaza de Neptuno, próxima al Congreso de los Diputado.
Tras la manifestación, los taxistas, que secundan de forma mayoritaria paros de doce horas en Madrid y de veinticuatro en Barcelona, se acercaron hasta la Cámara Baja, donde entregaron a los grupos parlamentarios un documento con sus propuestas.
Después se produjo uno de los incidentes de la jornada, cuando el líder de Podemos (izquierda), Pablo Iglesias, se vio salpicado por un huevo que los taxistas concentrados lanzaron hacia este diputado, aunque el impacto directo se lo llevó el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos, Julio Sanz.
Iglesias y varios parlamentarios de su partido se habían acercado hasta la manifestación, acompañados por los representantes del sector que habían ido al Congreso.
Además, cuatro personas fueron detenidas durante la protesta en Madrid, tres de ellas por enfrentamientos con la Policía y una cuarta acusada de daños, informaron a Efe fuentes policiales.
A pesar de la huelga, los taxistas de Madrid "ofrecerán servicio mínimo para aquellas personas de movilidad reducida", informaron a Efe personal del sector, igual que en Barcelona, las dos ciudades donde el paro dura más tiempo.
También ha habido dos horas de huelga en Valencia (este), la tercera ciudad de España, y concentraciones y protestas en otras capitales como Valladolid (centro).
Los paros dispararon la demanda de viajes a través de Cabify y Uber, lo que les llevó a suprimir temporalmente la posibilidad de realizar reservas a través de sus aplicaciones. Sí fue posible durante todo el día pedir vehículos para servicios inmediatos.
La protesta fue calificada de "jornada sin precedentes" por el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de España, Julio Sanz, quien explicó a Efe que este camino emprendido por el taxi "no tiene retorno".
Sanz pidió "medidas concretas y de aplicación inmediata" para un colectivo de más de 10.000 personas y reiteró que la Administración "tiene que posicionarse, o por un servicio público u otro privado en manos de tres o cuatro grandes empresas".
Las organizaciones de taxistas denuncian la concesión, a su juicio indiscriminada, de autorizaciones de VTC (vehículo de alquiler con conductor) a empresas como Uber y Cabify, que choca con la ley española, donde se establece una ratio de una licencia de VTC por cada 30 taxis.
Por otra parte, la plataforma de transporte Uber pide a los taxistas y las administraciones públicas que se sienten junto a ellos en una mesa de negociación para exponer "constructivamente" cada uno sus argumentos y hacer que España "pase de la movilidad del siglo XX a la del siglo XXI".
Tanto Uber como Cabify insistieron hoy en la legalidad de los servicios que prestan, aunque respetan el derecho de los taxistas a la huelga.
Respecto al Gobierno, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, abogó este martes por defender el sector del taxi incrementando los controles sobre el mercado de alquiler con conductor (VTC) en el que operan empresas como Uber o Cabify.