El amor y la compasión son los valores que más conmueven en el ser humano. Y Valeria Juri, una maestra de Guaymallén, Mendoza, en Argentina, lo sabe bien.

Madre de dos hijos y con 28 años de docencia. La profesional abe que muchas veces las maestras son mamás y consejeras de los más pequeños. La mujer imparte clases en la Escuela Tierra de Huarpes, donde las necesidades de los alumnos son muchas.

“Siempre ando mirando para abajo porque no puedo ver que mis alumnos vengan a la escuela con los zapatos rotos donde se les ven los dedos”, contó.

Precisamente, hace unos días, observó que Ciro, uno de sus alumnos, asistió a las clases con su calzado roto. Por ello, al día siguiente le llevó unas zapatillas nuevas al alumno de 13 años que se fue contento a casa.

“Ciro tuvo un gesto tan noble, que merece ser contado porque en definitiva, yo soy la maestra, pero él es el que me enseña a mí”, dijo Valeria.

Le dio sus zapatillas nuevas a su mamá porque “ella las necesita más”.

En la casa de Ciro son muchas las necesidades. Vive con su papá, sus hermanos y su madrastra. A pesar de eso, el menor 13 años asiste todos los días a clase para superarse.

“La semana pasada le miré el calzado y vi que vino a la escuela con las zapatillas rotas y no con las nuevas que yo le había conseguido. Entonces le pregunté por qué y me respondió que se las había dado a la madrastra porque ella las necesitaba más. A esto me refiero cuando digo que yo aprendo de él”, reflexionó Valeria.