Cazadores furtivos envenenaron a al menos 94 buitres en Zimbabue, en un intento de despejar la zona de estos carroñeros que sirven a los guardas para encontrar a los elefantes abatidos por los cazadores, denunció hoy un grupo conservacionista desde Sudáfrica.
Las aves fueron halladas muertas el pasado viernes junto al cadáver de un elefante abatido para extraerle sus colmillos de marfil en el sureste de Zimbabue, cerca de la frontera con Mozambique.
"Es una zona con bastante actividad furtiva y un vuelo de vigilancia rutinaria sobre la zona permitió encontrar el cuerpo del elefante y las aves muertas", dijo André Botha, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Un ave sobrevivió al envenenamiento, y ha sido trasladada a un centro de rehabilitación en Zimbabue.
Nada más morir o ser abatido cualquier animal, los buitres sobrevuelan la zona para después bajar a devorarlo.
Este comportamiento permite a los guardas de los parques encontrar con mayor rapidez a los elefantes o rinocerontes muertos a manos de los furtivos, lo que puede ayudar a detener a los responsables.
Los furtivos suelen envenenar a los buitres para evitar que estos animales lleven a los guardas hasta el lugar en que cometen sus delitos.
"Parece que el envenenamiento fue intencionado, pero para erradicar a las aves en la zona y no debido a creencias o por brujería", explicó el conservacionista Botha.
Los envenenamientos de buitres para vender las partes de sus cuerpos a curanderos tradicionales que las utilizan para hacer pócimas y rituales es un hecho común en el sur de África, y una de las principales amenazas para esta especie en peligro de extinción.
Otro grupo conservacionista con sede en Sudáfrica, Vulpro, ha calificado lo ocurrido de "golpe devastador".
Los buitres tienen una importancia capital en el ecosistema, ya que se comen los cadáveres y evitan así las enfermedades que provocan los cuerpos muertos.
Cazadores furtivos envenenaron a al menos 94 buitres en Zimbabue, en un intento de despejar la zona de estos carroñeros que sirven a los guardas para encontrar a los elefantes abatidos por los cazadores, denunció hoy un grupo conservacionista desde Sudáfrica.
Las aves fueron halladas muertas el pasado viernes junto al cadáver de un elefante abatido para extraerle sus colmillos de marfil en el sureste de Zimbabue, cerca de la frontera con Mozambique.
"Es una zona con bastante actividad furtiva y un vuelo de vigilancia rutinaria sobre la zona permitió encontrar el cuerpo del elefante y las aves muertas", dijo André Botha, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Un ave sobrevivió al envenenamiento, y ha sido trasladada a un centro de rehabilitación en Zimbabue.
Nada más morir o ser abatido cualquier animal, los buitres sobrevuelan la zona para después bajar a devorarlo.
Este comportamiento permite a los guardas de los parques encontrar con mayor rapidez a los elefantes o rinocerontes muertos a manos de los furtivos, lo que puede ayudar a detener a los responsables.
Los furtivos suelen envenenar a los buitres para evitar que estos animales lleven a los guardas hasta el lugar en que cometen sus delitos.
"Parece que el envenenamiento fue intencionado, pero para erradicar a las aves en la zona y no debido a creencias o por brujería", explicó el conservacionista Botha.
Los envenenamientos de buitres para vender las partes de sus cuerpos a curanderos tradicionales que las utilizan para hacer pócimas y rituales es un hecho común en el sur de África, y una de las principales amenazas para esta especie en peligro de extinción.
Otro grupo conservacionista con sede en Sudáfrica, Vulpro, ha calificado lo ocurrido de "golpe devastador".
Los buitres tienen una importancia capital en el ecosistema, ya que se comen los cadáveres y evitan así las enfermedades que provocan los cuerpos muertos.