Emeline Daudé (33 años) y Agnès Kauffmann (31 años) fueron las primeras pastoras lesbianas en decirse el sí ante Dios.
Emeline Daudé (33 años) y Agnès Kauffmann (31 años) fueron las primeras pastoras lesbianas en decirse el sí ante Dios.

Ante Dios y ante los seres humanos, sus hijos, la Iglesia casó a dos pastoras lesbianas protestantes en un rito cristiano antes solo permitido entre hombre y mujer.

La Iglesia Protestante Unida de Francia (EPUdF) celebró la primera boda de pastoras lesbianas, autorizada a raíz del sínodo de 2015 que abre la posibilidad de bendecir parejas del mismo sexo, informó este lunes un religioso.

Se trata de la primera unión o boda religiosa de una pareja de pastores del mismo sexo.

“Vamos poco a poco, hay un dimensión simbólica importante”, explicó a la AFP el pastor Jean-François Breyne, que el sábado presidió el oficio, en el templo protestante de Maguelone, en Montpellier (sur).

“Existe una realidad [sobre la cuestión del matrimonio de personas del mismo sexo en la Iglesia protestante] que avanza, de hecho, bastante rápidamente”, agregó Breyne, contento del “impacto” que esta celebración ha tenido en sus “dos jóvenes colegas”.

Emeline Daudé (33 años) y Agnès Kauffmann (31 años) fueron las primeras pastoras lesbianas en decirse el sí desde que la EPUdF decidió ampliar sus posibilidades de acompañamiento litúrgico.

“Lo hemos celebrado como un matrimonio normal y corriente, es un paso para la iglesia”, declaró Kauffmann a la AFP. “Las personas LGTBI [lesbianas, gays, trans y bisexuales] necesitan ver que otras LGTB se comprometen, también en los entornos religiosos”, agregó Daudé.

La norma fue adoptada durante un sínodo nacional en 2015, aunque fue mal recibida por parte de la EPUdF.


Tema sensible

“Sigue siendo un tema sensible”, confirmó Daniel Cassou, pastor y responsable de Comunicación de la EPUdF. “Hicieron falta dos años de maduración, de diálogo, para lograr un acuerdo”, añadió.

Aun así, la decisión establece que la bendición no es “ni un derecho ni una obligación” y que “no se impone a ninguna parroquia ni a ningún pastor”.

En general, la doctrina protestante no considera el matrimonio como un sacramento, pero la Iglesia puede bendecir ceremonias civiles, tanto de parejas homosexuales como heterosexuales.