Courtney Whithorn (20) recibía bullying por sus propios compañeros hace 4 años y por los nervios extremos no se dio cuenta que se había comido toda la uña de su pulgar.
Solo se había percatado cuando vio sangre en su dedo, pero no pudo decirlo a sus familiares ni sus amigos por vergüenza. Se escondía el dedo entre sus manos o se ponía uñas falsas desde 2014.
Esto la devastó más de lo que estaba, pero decidió contarle a sus padres y le diagnosticaron un raro tipo de cáncer de piel llamado melanoma acral lentiginoso subungueal.
Desde julio que tuvo tratamiento le hicieron cuatro cirugías y le cortaron la lesión, además de quedarse sin una parte de su dedo pulgar. Tendrá que someterse a chequeos constantes durante los próximos cinco años.
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