Por más de un siglo, los astrofísicos han intentado determinar el origen de esas partículas.
Por más de un siglo, los astrofísicos han intentado determinar el origen de esas partículas.

Científicos descubrieron que un tipo especial de ‘partículas fantasma’, los neutrinos de alta energía, y los rayos cósmicos(partículas cargadas que bombardean la Tierra desde el espacio profundo y que viajan hasta casi la velocidad de la luz), se originan en los blazares (agujeros negros supermasivos activos situados en el centro de galaxias lejanas cuyo chorro de materia ionizada apunta casi hacia nosotros).

Durante más de un siglo, los astrofísicos han intentado determinar el origen de esas partículas extremadamente energéticas. Estas son hasta un millón de veces más energéticas que todo lo que consigue el acelerador de partículas más potente del mundo, el , cerca de Ginebra (Suiza).

Además, hasta la fecha había sido un misterio determinar qué las impulsa con tanta fuerza como para que viajen miles de millones de años luz.

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Ahora, resolver el viejo misterio podría estar un paso más cerca gracias a una nueva investigación sobre múltiples mensajeros realizada por un equipo de científicos.


Dificultad severa

La gran dificultad de determinar el origen de estos rayos cósmicos está en que se componen de partículas cargadas eléctricamente. Lo que significa que mientras viajan, son desviados repetidamente por los campos magnéticos de las galaxias.

Sin embargo, un equipo de astrofísicos cree que algunos de los procesos y acontecimientos que lanzan los rayos cósmicos también expulsan neutrinos astrofísicos. Y estas partículas “fantasmas” podrían utilizarse como “mensajeros” para resolver este rompecabezas, según explica .

La ciencia investiga origen de los neutrinos.
La ciencia investiga origen de los neutrinos.

“Los neutrinos astrofísicos se producen exclusivamente en procesos que implican la aceleración de los rayos cósmicos”, afirma en un comunicado la profesora de astrofísica de la Universidad Julius-Maximilians (JMU) de Würzburg, Sara Buson, miembro del equipo.


‘Partículas fantasma’

Los neutrinos tienen masas diminutas y no tienen carga, lo que les permite viajar a través de galaxias y planetas sin obstáculos. Es más, cada segundo, unos 100 billones de neutrinos atraviesan nuestro cuerpo sin dejar rastro.

Así, al no tener carga, los neutrinos no experimentan las mismas desviaciones que los rayos cósmicos, lo que significa que sus fuentes pueden ser localizadas con mayor precisión.

En 2017, el Observatorio de Neutrinos IceCube –el detector de neutrinos más sensible actualmente en funcionamiento–, enterrado en las profundidades del hielo del Polo Sur, detectó un neutrino. Los científicos lo rastrearon hasta el blazar TXS 0506+056.

En aquel entonces, la publicación en la revista Science suscitó un debate científico sobre si los blazares son aceleradores de rayos cósmicos.

Ahora, según el comunicado de prensa, utilizando los datos de neutrinos obtenidos por IceCube y un catálogo de objetos astrofísicos identificados con seguridad como blazares, el profesor asociado de Física y Astronomía de la Universidad de Clemson, Marco Ajello, y sus colegas encontraron pruebas contundentes de que un subconjunto de blazares originó los neutrinos de alta energía observados.

Sus hallazgos, publicados en The Astrophysical Journal Letters, informan de que la probabilidad de que esto sea una coincidencia es de menos de una entre un millón.

“Ya tuvimos un indicio en su momento (en 2017), y ahora tenemos pruebas”, dijo Ajello. “Los resultados proporcionan, por primera vez, evidencia observacional incontrovertible de que la submuestra de blazares PeVatron son fuentes de neutrinos extragalácticos y, por lo tanto, aceleradores de rayos cósmicos”, dijo Buson.


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