Según un estudio realizado por The Journal of Environmental Psychology, revista publicada en EE.UU. las personas que arman el árbol navideño, ponen el nacimiento y las luces por adelantados son los más felices.
Esto es porque logran disminuir el estrés y la ansiedad, además que el efecto no solo va para la persona que decora, sino que también para todos aquellos quienes conviven ya que transmiten las "ganas de ser sociable y amable con los demás".
Las decoraciones navideñas logran evocar gratas emociones ya que traen a la memoria recuerdos gratos de la niñez.
"Esa nostalgia es como magia, porque reducen las emociones negativas para brindar un estado de confort, buen humor y camadería", aseguran los psicólogos quienes desarrollaron la investigación.
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