La Policía china evitó que unos 500 gatos acaben siendo cocinados por restaurantes del país y ofrecidos a clientes como parte de su menú después de ser robados a sus propietarios o capturados en la calle por malvados sujetos.
La Policía descubrió a este ciudadano cuando estaba transportando a los animales y al parecer llevaba tiempo dedicándose a este negocio.
Pese a lo que se cree, el consumo de gato o perro en China no es tan habitual, pero sigue siendo un plato tradicional.
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