Un niño feliz, una familia contenta
Un niño feliz, una familia contenta

Los padres son los primeros profesores de los hijos y son los que cuidan su felicidad. Por eso, es muy importante, saber cómo lograrlo: 

1.Sé un modelo de conducta: Los padres debido a la interacción diaria con los hijos son los modelos a seguir. Ellos son nuestros primeros profesores, puesto que nos guían en el aprendizaje de valores, costumbres y habilidades que serán el soporte de nuestra personalidad. Por ello, es importante que los padres demuestren con el ejemplo las actitudes, comportamientos y valores que desean que sus hijos practiquen. Sin embargo, cuando se cometa  un error es necesario reconocerlo y aprender de ello. De esa manera, se enseñará a los hijos la importancia de esforzarnos para que todo salga mejor. 

2. Diviértanse juntos: ¿Comer chocolate es sinónimo de diversión? La respuesta es afirmativa, aunque no es lo único que puedes compartir con tu hijo. El  juego permite establecer lazos con tu pequeño, además de desarrollar habilidades como confianza en sí mismo, seguridad y muchas más. 

3.  Deja que resuelva sus problemas solo: A medida que van creciendo, los hijos tienen situaciones difíciles de afrontar, eso no significa que como padres tienen que solucionarlo, puesto que ellos deben aprender a superar las experiencias negativas. De esa manera, el pequeño desarrollará un sentido de independencia y confianza, logrando tener una  autoestima alta.

4. Enséñale a compartir: Desde pequeño tu hijo debe aprender la importancia de ayudar a los demás. Un buen inicio, podría ser ayudar en los quehaceres de casa. Algunos estudios refieren que los niños que se se interesan por su alrededor tienden menos a deprimirse. 

5. Aprende a leer las emociones de tus hijos: Muchas veces, las rabietas o una enorme sonrisa te hacen saber como se sienten, pero no te confíes de lo externo. Por ejemplo, el enojo es ansiedad excesiva y muchos padres no reconocen este sentimiento como una expresión de tristeza en los niños. Por ello, tienen que buscar los motivos para ayudarlos.

5. Aprende a leer las emociones de tus hijos: Muchas veces, las rabietas o una enorme sonrisa te hacen saber como se sienten, pero no te confíes de lo externo. Por ejemplo, el enojo es ansiedad excesiva y muchos padres no reconocen este sentimiento como una expresión de tristeza en los niños. Por ello, tienen que buscar los motivos para ayudarlos.

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