¿Aburrida de lo mismo? Si la postura del misionero es una de sus favoritas (o es la única que practican o conocen), también puedes utilizar un poquito de tu creatividad para no sentir siempre lo mismo. Aquí te mostramos seis variantes de esta pose que de seguro ¡te encantarán!
1.- Eleva la pelvis. Nada mejor para estimular el Punto G femenino. Para lograrlo, flexiona las rodillas y pega los pies a la cama, también puedes poner algunos cojines detrás tuyo. Verás que el placer será mayor. ¡No te arrepentirás!
2.- Utiliza tus rodillas. Flexiónalas y colócalas en el pecho de tu chico. Así la penetración será mucho mayor, ya que los labios de tu zona íntima y su miembro miembro viril estarán en mayor contacto. Los resultados son fabulosos. ¡No dejes de probarlo!
3.- Cuélgate sobre él. ¿A mayor dificultad, mayor placer? Prueba elevando tus caderas y enganchando tus piernas a su cintura. Para mantener el equilibrio, haz fuerza con tus brazos, y que él se arrodille entre tus piernas. Si quieres obtener mayor placer, mueve tus caderas haciendo círculos en ambas direcciones.
4.- Abrázalo con tus piernas. Esta posición es muy similar a la original. Recuéstate sobre tu espalda y que él se ponga encima, pero totalmente tumbado y haciendo fuerza con sus brazos. Mientras tú envuelves tus piernas a su cintura y muévanse al mismo ritmo. Lo tendrás cerquita, ¡míralo a los ojos y disfruta de sus besos!
5.- Con ayuda de la cama. Para esta posición necesitas la cabecera de una cama donde agarrarte. Recuéstate boca arriba y sujeta la cabecera de la cama, mientras él se coloca encima y tu haces todos los movimientos. Estira tus piernas lo más que puedas, ¡eso aumentará el placer!
6.- Cierra las piernas. Es una de las posturas que genera mayor placer. Para ponerla en práctica, debes echarte en forma recta y mientras mantienes las piernas cerradas, él debe penetrarte. Así estimularás distintas zonas erógenas de tu zona íntima, incluyendo el clítoris, y el placer será mayor.
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