Magaly Moro

Humberto (33 años, Surquillo). Querida doctora Moro, estoy muy dolido con todo lo que me está pasando. Siento que nada podrá calmar este dolor en el corazón que me dejó Silvana.

Lo que sucede es que la que yo creía la mujer de mis sueños, la reina de mi vida, me ha traicionado de la manera más cruel, justo días antes de las celebraciones de fin de año.

Silvana y yo teníamos pensado casarnos y tener hijos en el 2023 y 2024, respectivamente. Para eso, ella se metió al gimnasio porque deseaba lucir un cuerpo de infarto el día de nuestra boda. Obviamente que para mí eso no fue nada raro. Sé que las mujeres sueñan con ese día y quería sentirse segura con su físico. Hasta ahí todo bien.

No obstante, hace unos dos meses, la empecé a notar muy extraña. Evitaba mis abrazos y besos. No quería que publiquemos fotos en las redes sociales. Actitudes como estas despertaron cierta desconfianza en mí. Además, estaba todo el tiempo en el gimnasio, lo cual era sospechoso.

Por estos motivos, empecé a seguirla y me di con una gran sorpresa: me estaba engañando con su entrenador, un hombre musculoso con sonrisa amplia y el cabello duro por el gel. Tuve tanta indignación que fui a golpear al sujeto, pero ella lo protegió en todo momento. “Déjalo, él no tiene culpa de nada”, gritaba sin respirar.

Obviamente terminamos, doctora, y ahora siento que se me va la vida sin ella. Lo peor es que ni perdón me ha pedido, ¿qué hago?, ayúdeme.

Ojo al consejo

Estimado Humberto, imagino cómo debes sentirte en estos momentos. Tienes que seguir adelante con tu vida. Ella no ha mostrado arrepentimiento, por lo tanto, no guardes esperanza en esa relación que ya acabó. Busca distraerte, prueba haciendo nuevas actividades y mantén la cabeza ocupada, eso te va ayudar muchísimo. Ten paciencia. Mucha suerte.