En la creencia popular se habla mucho de alimentos fríos o calientes, pero este tema no se enfoca en la temperatura de la preparación, sino en el efecto dentro de nuestro cuerpo.
Con los años de práctica en mi profesión, los síntomas de pacientes y los estudios enfocados en malestares digestivos, sospecho que la referencia se asocia a sensibilidades digestivas comunes entre la gente.
Lo malo es que, en base a la creencia, se suelen quitar buenos alimentos a los niños, como la naranja, limón, espinaca, etc., por asumirlo frío o caliente para el estómago. De todo esto, puedo destacar que sí existen alimentos calientes o mejor dicho que causan una serie de reacciones que generan calor al cuerpo, como los picantes, entre ellos, rocoto, ají o pimienta.
La moraleja es que, si bien lo experimentado por las poblaciones nos dan luces sobre lo bueno y lo malo de los alimentos, esto debe sustentarse con investigación sólida. Muchas creencias populares pueden estar equivocadas.
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