La genética o la maduración tardía son causas.
La genética o la maduración tardía son causas.

A menudo, a los padres les agobia ver que sus hijos crecen menos que sus compañeros. Debido a ello, esta inquietud es motivo recurrente de consulta pediátrica.

En marco del Día del Niño, que se conmemora cada 18 de agosto, la Dra. Denisse Colina Cisneros, endocrinólogo pediatra de la Clínica Stella Maris, detalla algunas señales que podrían indicar que un niño sufre problemas de crecimiento.

CRECIMIENTO. Si se observa una desaceleración notable en el crecimiento o una detención del mismo, es importante consultar a un experto. Es preciso destacar que la herencia genética de los padres influye y, muchas veces, el  “estirón” se presenta en una edad más avanzada.

TALLA Y PESO. El monitoreo regular de la talla y el peso del niño permitirá verificar su correcto crecimiento. Visite al pediatra para una mejor evaluación.

HORMONAL. Las alteraciones hormonales pueden ser la causa de diversos problemas de crecimiento. Entre ellas se encuentran la hormona del crecimiento, hormonas tiroideas, hormonas sexuales, insulina, etc., cuyo correcto funcionamiento influye en el desarrollo del menor.

SEGUIMIENTO. Expertos aconsejan monitorear el desarrollo físico del niño, al menos, durante los primeros 30 meses de vida y luego cada año hasta la adolescencia.


OJO AL DATO

Un ambiente saludable ayuda a minimizar la ansiedad y el estrés en la vida del niño, lo cual también promueve el crecimiento.

FACTORES DEL CRECIMIENTO. Influye la herencia genética de la talla de los padres, una dieta rica en proteínas y nutrientes, cuidado emocional y un buen descanso.

CRECIMIENTO SALUDABLE. Es esencial el consumo de fuentes de proteína como el pollo, pescado, carnes y legumbres, descansar bien y realizar deporte.

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