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No existe enfermedad más peligrosa que la que no presenta síntomas. Ese es el caso de la hepatitis C, una inflamación crónica que ataca directamente al hígado y que no da indicios de tenerla hasta que se encuentra en un estado muy avanzado. 


“Se desarrolla de manera silenciosa, de modo que se suele detectar de manera tardía, cuando ya existe alguna complicación mayor. De hecho, el 80% de personas infectadas no suele presentar síntomas. En agunos casos se manifiesta con fiebre, fatiga, falta de apetito, náuseas,dolores abdominales e ictericia (coloración amarilla de la piel y el blanco de los ojos)”, asegura William Mora, médico del Hospital de la Policía.


Según el experto la ausencia de síntomas provoca complicaciones que llevan a un cáncer hepático." El 25% de casos de cáncer de hígado se deben a este tipo de hepatitis, mientras que entre el 5% y 20% de infectados contraerá cirrosis en algún momento", menciona.


La hepatits C se contagia a través de transfusiones de sangre o injertos de órganos contaminados, por inyecciones aplicadas con jeringas contaminadas, por embarazo y por medio de contacto sexual. Más no se transmite por la leche materna, los alimentos ni el agua; tampoco por el contacto social que implican los besos y abrazos o el compartir alimentos o bebidas con una persona infectada. 


Hasta el momento no existe una vacuna para prevenirla (para los tipos de hepatitis A y B sí hay vacunas). Sin embargo, existen tratamientos para combatirla. Es por ello que los chequeos médicos periódicos son vitales para detectarla a tiempo .

 

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