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Es la ley de la vida. Por más tiempo que hayan permanecido a nuestro lado , los hijos, tarde o temprano terminan por irse de la casa. Hacen sus propios planes, se independizan y asumen diferentes retos. Esta etapa por lo general resulta muy dura para la mayoría de padres. Los sentimientos de pena o tristeza salen a flote y de no asumir la situación de la mejor manera podría haber serios problemas.

 

¿Qué hacer entonces ? Lo aconsejable es hacerse la idea de la separación mientras los hijos todavía vivan en casa. Para esto es conveniente ampliar nuestra red social, es decir, frecuentar más a la amistades, pasar más tiempo con otro familiares y sobre todo darnos tiempo para desarrollar las aficiones que tengamos. Por ejemplo, leer, pintar o realizar algún tipo de taller.

 

 

Por todas estas razones son varias las medidas que se pueden tomar, en especial ocupar el tiempo que antes se le dedicaba a los hijos en actividades que resulten agradables, también es una oportunidad de enfocarse con todo en la pareja, en reavivar la vida de casados y recuperar la intimidad. En otras palabras transformar esta situación en una oportunidad.

 

Todo esto ayudará a que aceptemos esta nueva situación y podemos seguir adelante con nuestra vida sin ningún pesar, tomando conciencia de que la relación con nuestros hijos no cambia pese a la distancia si es que hay amor y sobre todo ganas de asumir bien las cosas.

 

 

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