En el Perú, se diagnostican 2,900 nuevos casos de cáncer de pulmón al año. Actualmente, afecta a hombres y mujeres por igual. Lamentablemente, la mayoría de los casos se detectan en etapas muy avanzadas, lo que convierte a esta enfermedad en una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Solo el 20% de los pacientes reciben un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno.
Desafortunadamente, cada vez es más común diagnosticar a adultos jóvenes e incluso adolescentes de 16 años con esta enfermedad, que hasta hace poco era exclusiva de personas mayores. Según el doctor Edgar Amorín Kajatt, cirujano torácico y cardiovascular de la Clínica Ricardo Palma, esto podría ser consecuencia del aumento de la polución ambiental, alteraciones genéticas secundarias, exposición a irritantes, tóxicos inhalantes respiratorios y, por supuesto, el tabaquismo.
El cigarrillo sigue siendo el principal factor de riesgo. Según las estadísticas, el 90% de los pacientes con cáncer de pulmón han tenido exposición al tabaco. En nuestro país, aunque la tasa de fumadores no es tan alta, muchos no fumadores que han estado expuestos al humo de leña doméstica, gases de motores y emisiones industriales, además del radón en viviendas, también han desarrollado esta afección.
El especialista destaca que la persona con mayor riesgo de presentar esta neoplasia maligna es el fumador habitual que consume más de una cajetilla al día durante más de 10 años consecutivos. Por ello, un chequeo médico anual es fundamental para detectar de manera precoz esta dolencia.
Signos de alarma
En sus primeras etapas, esta enfermedad no causa molestias evidentes. Los síntomas suelen aparecer solo cuando se ha formado una masa tumoral en el pulmón. En ese momento, los pacientes pueden experimentar tos persistente que no mejora con tratamiento, dolor en el tórax, fatiga, pérdida de peso significativa, decaimiento, malestar generalizado, falta de apetito y alteración en el sentido del olfato y gusto (incluso puede resultarles desagradable la comida, incluidos sus platos favoritos).
La tomografía del pulmón es la mejor herramienta para diagnosticar este cáncer de forma precoz, especialmente para aquellos que están en grupos de alto riesgo. La radiografía simple del pulmón o los marcadores tumorales no son suficientes para una valoración inicial.
Opciones de tratamiento
Las opciones varían según la fase del cáncer. El médico realiza estudios para evaluar si el cáncer se ha propagado a otros órganos. Según los resultados, existen dos tipos de pacientes: aquellos en estadios tempranos y los que se encuentran en fases avanzadas. En los primeros casos, se recomienda practicar una cirugía para extirpar el tumor junto con los ganglios regionales. Si la enfermedad está moderadamente avanzada, el tratamiento puede incluir bioterapia, inmunoterapia combinada con quimioterapia o quimioterapia sola para reducir el tumor y la carga tumoral, y posteriormente, en algunos casos seleccionados, se realiza una intervención quirúrgica. En los casos más avanzados, que son la mayoría, se administran quimioterapia y radioterapia para controlar la enfermedad. Algunos estudios clínicos también exploran el uso de medicamentos biológicos y terapias inmunológicas combinadas con quimioterapia. Un número importante de pacientes recibe tratamiento paliativo para controlar el dolor.
El doctor Amorín Kajatt hace un llamado a los padres para que dejen de fumar e inculquen a sus hijos desde pequeños que este hábito es muy perjudicial para la salud. Asimismo, invita a los adultos a evitar la exposición ocupacional a sustancias químicas, tóxicas y partículas dañinas que favorecen la aparición de este cáncer, que es el más frecuente en el mundo.
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