La vitamina C se requiere para la formación de vasos sanguíneos, músculo, cartílago y colágeno del hueso. También protege las células de la oxidación y ayuda a absorber y almacenar hierro. La carencia de esta vitamina puede causar escorbuto, una enfermedad que causa anemia, sangrado, mala cicatrización y hematomas.
El temor de que la vitamina C se pierde parte por dos circunstancias: una referida a la pérdida real que existe con la cocción de los alimentos (alcanzaría hasta 60%, según el tipo de cocción) y el hecho de que el cuerpo no puede reservarla, es decir, solo consigue lo que ingirió.
Frente a esto recordemos que alimentos como la naranja, guayaba, kiwi, camu camu, pimiento, tomate, papaya, mango, piña y maracuyá son fuentes de vitamina C. Por ejemplo, con ¾ de vaso de zumo de naranja se cubre la necesidad total del día en la mayoría de personas.
Incluir todos los días en la dieta frutas y verduras frescas. La suplementación rara vez es necesaria.
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