A veces pensamos que solo con buena voluntad y dejar de comer menos calorías, la pérdida de peso se logra. Recibo mensajes de muchas personas que han retirado, por ejemplo, el arroz, la papa, el pan de su dieta y logran un primer beneficio con unos kilos menos, pero luego no bajan más.

Si bien el aumento peso, en la mayoría de casos, ocurre porque ingerimos más calorías de las que gastamos o porque, sin cambios en la dieta, nos movemos o ejercitamos menos; la pérdida de peso no se limita a restar calorías del menú.

Cuándo ganamos peso y se mantiene el exceso por buen tiempo, nuestro cuerpo pasa por cambios en su composición y en su metabolismo que, además, pueden acompañarse por cambios hormonales que ameritan estrategias específicas en la dieta.

Por otro lado, estos mismos cambios generan problemas como hígado graso, colesterol elevado, entre otros, que hacen aún más específico el tratamiento. Para perder peso, además de voluntad, decisión y ejercicios, se necesita el tratamiento del profesional en nutrición.

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