Escuela de padres: 5 pautas para ser el mejor

Ser padres no es tarea fácil, sin embargo, hay ciertas pautas que podrían ayudarte considerablemente a mejorar este rol y no sentirnos perdidos frente a esta magnífica, pero nada sencilla labor.

El Dr. John Baldeón Miranda, Neuropsicólogo de La Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ-YMCA Perú), ONG dedicada a la difusión, práctica y promoción de los valores para el desarrollo pleno de la persona, la familia y la comunidad; ha desarrollado 5 pautas generales que todo padre debe tener en consideración en la búsqueda de la mejor educación y desarrollo del engreído de la casa.

Establece límites pero sin amenazas. La educación de un niño no se moldea a regaños, amenazas y mucho menos violencia física. La clave, es ser paciente y explicarle que todo acto trae consecuencias, así el entendimiento de esto logrará desarrollar su voluntad y responsabilidad.

No lo comparares. Tratar de lograr un cambio en nuestros hijos comparándolos con alguien más, podría generar más que una reacción positiva, la limitación del aprendizaje, un sentido errado de competitividad y hasta resentimientos hacía ti y el primo, hermano, vecino o amigo con el cual se hizo la comparación. Por ello, permitir que nuestros hijos exploren sus habilidades, llevándolas al máximo y siendo alentadas por nosotros, será la forma óptima de incentivarlos a ser los mejores.

Comparte experiencias con otros padres. Todos los padres nos enfrentamos con situaciones difíciles. No eres el único, ni estás solo en la crianza de tus hijos, por ello las charlas de “Escuelas de padres” representan una gran oportunidad para compartir experiencias, aprender y entender muchas cosas que a simple vista parecen no tener solución.

Predica con el ejemplo. “No le pidas peras al olmo”, recuerda que los niños son como esponjas por lo que aprenderán todo lo que vean de ti, es decir, serán un espejo tuyo, por lo que la mejor enseñanza será aquella que prediques con tu ejemplo.

Mirar desde sus ojos La vida, desde los ojos de un niño, es siempre una oportunidad de juego sin maldad, por ello, ante situaciones de conflicto con nuestros hijos, es vital que antes de reaccionar, uno haga un “stop” para mirar desde su perspectiva, desde sus ojos; así podrás ver que su intención no fue hacer algo mal, sino que probablemente no supo que lo que hizo traería consecuencias.

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