La técnica de implica cocinar el alimento a altas temperaturas, por tiempo prolongado y sumergido en un aceite caliente, sería distinto colocar un poquito de aceite para facilitar cocción.

En ese proceso el alimento frito tiene más tiempo para perder nutrientes, sobre todo si se trata de verduras, pero, además, absorbe el aceite incrementando su aporte de calorías.

Si bien el aceite de oliva es bueno, al estar expuesto a altas temperaturas, protege mejor al alimento, pero pierde su calidad nutricional.

Además, el aceite sin importar el origen (maíz, soya, olivo, coco) tiene un límite de tolerancia de calor, pasado ese punto, puede transformarse generando sustancias químicas llamadas radicales libres. Estas, al ingresar al cuerpo (cuando se consumen frituras con frecuencia o en exceso), deterioran gradualmente las células incrementando la posibilidad de desarrollar enfermedades degenerativas como cáncer.

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