En los último días, el frío ha calado con más fuerza lo que ha obligado a la población a ir en busca de potentes prendas de abrigo. Desde el 2017, la marca peruana de ropa para actividades al aire libre, Hoseg, confecciona casacas rellenas con fibra de alpaca, un producto que no solo garantiza el calor en este crudo invierno, sino que es ecoamigable con el planeta y, además, un porcentaje de sus ventas permite abrigar a niños de la sierra peruana y plantar árboles en el Cusco. Cabe resaltar que el Perú es el líder mundial en producción de fibra de alpaca.

Diario OJO conversó el cofundador y CEO de la marca, Juan Carlos Sznak, sobre sus inicios y los desafíos de trabajar con este tejido natural.

¿Qué los impulsó a trabajar con fibra de alpaca?

La alpaca, como peruano, siempre estaba presente para trabajar algunos productos que sean un poquito más técnicos, pero estábamos limitados con los recursos. Un día se me ocurrió rellenar una casaca de fibra alpaca porque empecé a investigar y vi que la alpaca no solamente tiene propiedades maravillosas técnicamente hablando, sino también desde un punto sostenible.

¿Cuáles son estas características?

Las alpacas protegen los suelos de los cuales se alimentan, crecen en libertad, a pesar que son animales de pastoreo, entonces, de alguna manera, son orgánicas.

¿Qué ha sido lo más retador que han enfrentado desde que iniciaron?

Sigue siendo retador porque hemos terminado por desarrollar una tecnología, que está en proceso de patente. La hemos trabajado con pocos recursos porque yo no soy químico. Hemos tenido que ser muy creativos, ingeniosos, innovadores y resilientes porque no siempre sale toda la primera. Hemos logrado un producto súper chévere, aunque aún tiene un poco de migración de fibra de alpaca porque esta fibra es tan delgadita que se sale un poquito entre las costuras, pero seguimos trabajando en eso. Eso ha sido claramente muy retador y también el financiamiento, conseguir} inversionistas o capital para desarrollar estos productos siempre es un reto.

Ustedes tienen su propia tecnología Alpafill, ¿en qué consiste?

Nuestra tecnología usa como base la fibra de alpaca para aislamiento térmico de nuestras casacas. Normalmente la alpaca, como es fibra natural al 100%, cuando se moja se vuelve grumosa y le cuesta recuperar su estado original. Los productos de Hoseg pueden mojarse sin perder sus propiedades de abrigo.

Además de las casacas rellenas de fibra de alpaca, ¿qué otros productos ofrecen al público?

Tenemos productos tejidos, chompas, chulitos, poleras de algodón, gorras, casacas, chalecos, polos para hombre y para mujer, sombreros Gilligan, tenemos también polo con protección UV 50 y de secado rápido. Y seguimos trabajando en algunas líneas alternativas de productos como primeras capas no térmicas o camisas y hemos desarrollado unos pantalones técnicos para senderismo. Hay algunos productos que estamos tratando de desarrollar en paralelo.

¿Qué prácticas de producción responsable tiene Hoseg?

Al margen de tener un modelo de negocio de donar el 2% de nuestras ventas a favor de los niños y plantar un árbol por cada producto vendido, el poder poner sobre la mesa productos más conscientes es el foco. Nosotros tenemos chompas hechas con 30% de baby alpaca upcycling, es decir reciclados post industrial y con 70% de botellas de plástico recicladas. Así hemos ido alineando la sostenibilidad de la marca.

¿Exportan sus productos?

Hace menos de un mes hemos lanzado nuestra página web oficial en el mercado americano, tenemos una empresa constituida en Estados Unidos, estamos dando los primeros pasos a través de redes sociales, puramente canal digital, porque entrar a esos mercados requiere una inversión gigante. También queremos llegar al mercado chileno y argentino.

¿Con qué regiones trabajan?

Nosotros, de cara al impacto, hemos abrigado cerca de 25.000 millones de la sierra centro y sur, pero también en zonas de la sierra de Áncash y de La libertad, pero principalmente estamos enfocados Cusco y Puno, a nivel de sourcing. Compramos alpaca en algún porcentaje por el requerimiento específico de la alpaca y la disponibilidad. A veces recurrimos a los grandes productores alpaqueros, pero también hemos trabajado con algunas comunidades de Cusco y Puno. Nosotros somos diseñadores y comercializadores, la producción la tercerizamos toda en mipa.

¿Los peruanos valoran la fibra de alpaca? ¿ha aumentado la demanda de productos a base de este tejido?

Es duro reconocerlo, pero otros países valoran y reconocen más lo que nosotros tenemos acá, aunque suele pasar en todos lados. Creo que del momento en el que iniciamos el proyecto de Hoseg, a la fecha, vemos una mayor conciencia de cara al consumo sostenible, a los productos reciclados y a prácticas que estén más alineadas con el medio ambiente y con las personas. Una clara demostración es que nosotros nos certificamos como empresa B en el 2016, eran tres empresas B en el Perú nada más, hoy día creo que son cerca de 60, eso habla bastante del crecimiento y hablamos de empresas grandes que tienen que generar cambios culturales muy importantes.

¿Cómo definirían a los consumidores de sus productos?

Un consumidor aspiracional, consecuente, con un perfil inclusivo, un poquito activista y que busca generar cambios en sus hábitos.

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