Matusita: la casa embrujada de Lima  con más leyendas
Matusita: la casa embrujada de Lima con más leyendas

Uno de  se encuentra entre las avenidas Garcilazo de la Vega y España y lleva más de  67 años que no es habitada. Las leyendas de fantasmas y conspiraciones  en la  Casa Matusita se ha instaurado en la mente de propios y extraños.  Y siempre con diferentes historias y con la mejor fuente "muchos dicen", pero con el mismo final: laa. A continuación, te mostraremos las principales:

  • Conspiración: Como la embajada de EE.UU se encontraba muy cerca, dicen que ellos maquinaron la leyenda de que estaba embrujada para que sus enemigos no pudieran acceder a ella. Esta leyenda es desmentida por personas que lo  escucharon antes  de la llega de la embajada.
  • Venganza: Relatan que en esa casa vivía un señor que maltrataba  a sus dos únicos sirvientes, pero un  día estos decidieron no soportarlo más. Así que colocaron sustancias alucinógenas en la comida del señor, un día que tenía invitados. Esperaron y cuando la casa quedó en silencio observaron y no fue precisamente a gente trastornada, sino una masacre. No pudiendo concebir  lo que sucedía acabaron sus días en un nosocomio.
  • Asesinato: Un japonés mató  a su esposa  cuando la encontró con otro hombre e hizo lo mismo con sus dos hijos. Después, se suicidó. Desde entonces, las almas de esta familia vaga en la quinta.
  • Locura:  En los años 80, el presentador argentino Vilchez Vera apostó que se quedaría en la casa por siete días. Muchos dicen que al cuarto día salió botando espuma y se volvió loco. Esta versión está más desacreditada, ya que años después el argentino aclaró: "Nunca entré pero todos me vieron entrar , nunca hablé con fantasmas pero ellos me miran  como si me hubiera convertido en un ciudadano del más allá".
Pese a las leyendas que persiguen a Matusita, su dueño  Ladislao Andrade indica que es una exageración que traspasó los límites, ya que su origen es uno de los guardianes que se tropezaba  en el segundo piso tras emborracharse.:“Y los muchachos en la calle decían ‘mira, hay luz, están penando, están los fantasmas’. Tiraban piedras, terminaron rompiendo todas las lunas de todas las ventanas. El hombre salía molesto por la ventana. Y como era una persona muy mayor, decían 

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