¡Qué miedo! ¿Cuáles son los síntomas y causas de los aneurismas cerebrales?

Actualizado el 29/01/2017, 01:43 p.m.

Los aneurismas cerebrales consisten en puntos débiles de un vaso sanguíneo del cerebro, debido a que este se llena de sangre, ocasionando presión sobre el tejido cerebral. En su mayoría de casos estos se producen en la zona baja del cerebro, provocando daños, a veces, irreversibles.

Las aneurismas no son comunes, ya que las arterias del cuerpo están compuestos de paredes musculares resistentes, capaces de soportar la presión de la sangre al pasar por dentro de ellas. Se estima que hasta un 5% de la población mundial tiene al menos un aneurisma cerebral y de este grupo un 20% poseen dos o más aneurismas al mismo tiempo.

Los aneurismas cerebrales son más comunes en las mujeres y en personas con más de 50 años. Sin embargo, una persona puede vivir con una aneurisma y no morir por ello, ya que el número apenas llega a 10 de cada 100 mil personas. Es por ello que, no hay motivo que preocuparse ya que la mayoría de ellos no se rompe. Muchas personas no saben que tienen una aneurisma, hasta que este se rompe y ya es demasiado tarde.

Cuando el aneurisma llega a romperse, las probabilidades de que el paciente se reponga son remotas. El 15% de las personas fallece antes de llegar al hospital y el 50% muere incluso después de ser socorridos. Y aun cuando la persona llega a sobrevivir el 50% queda con secuelas neurológicas.

¿Qué originan las aneurismas?

Las personas no nacen un aneurisma, sino que lo desarrolla a lo largo de la vida. Entre los factores de riesgo más comunes están:

1. Tabaquismo.

2. Hipertensión o presión alta.

3. Anormalidad congénita de la pared de la arteria.

4. Endocarditis infecciosa.

5. Edad arriba de los 40 años.

6. Uso de drogas, especialmente cocaína.

7. Exceso de alcohol.

8. Tumores cerebrales.

¿Cuáles son los síntomas de un aneurisma?

No presenta síntomas. Aunque dependerá de dónde se encuentre ubicado, provocando síntomas. Los más comunes son: dolores de cabeza, visión borrosa, alteraciones de pupila, hormigueo, adormecimiento o parálisis de un lado de la cara. Sin embargo, lo más común es que el aneurisma permanece silencioso, causando síntomas apenas en el momento en que ocurre la ruptura.

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