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¿Crees que tener una relación de pareja abierta puede ser perjudicial para una relación? Pues podrías estar en lo cierto y debes darte cuenta de si tu vida como swinger está afectando a tu relación principal.
La palabra swinger, deriva del verbo inglés "to swing" que significa balance, libertad de movimiento, oscilación. Y, en las sábanas, aunque las variantes son infinitas, esencialmente, el sexo swinger se hace con la pareja del otro frente a la propia.
Los swingers se definen a sí mismos como "una pareja que practica el sexo con otra pero sin separarse, en el mismo espacio físico, es decir, trasladando el placer de uno a otro, mirando al ser amado, gozar".
Mucha gente confunde los encuentros de swingers con una orgía, pero no es así. En este tipo de encuentros se va de a dos y no es un todos contra todos sin ningún freno, sino que el swinger goza de ver a su pareja con otra persona.
Lo que prima en este tipo de relaciones es la confianza de cada uno en el otro, que cada uno quiere experimentar su sexualidad libremente y sin tabúes, por eso una relación de swingers puede ser muy sólida, pero a veces puede haber problemas.
En el sexo swinger la principal directiva es que “no es no”, esto significa que el rechazo a una propuesta sexual no requiere ninguna justificación y la persona que lo busca debe alejarse de la pareja.
En el sexo swinger se mezclan fantasias voyeuristas, del menàge a trois y de la orgía. Es una manera más de relacionarse que, como cualquier otra, puede salir bien o mal, los problemas surgen cuando una de las partes comienza a tener problemas en continuar con la práctica.
El swinger es una actividad de parejas que nace de una relación estable, crece como fantasía de ambos, recorre el proceso de construcción de la confianza mutua, de la caída de los prejuicios y, superado ese momento, comienza el juego en la búsqueda de la primera experiencia.
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