Es muy probable que en la mente de muchos la sopa sea la preparación más representativa del clima frio, aunque algunos hogares peruanos la consuman en verano e invierno, pero, ¿cuál es el rol de este plato y en qué estación o momento del día deberíamos tomarla?
Un caldo blanco o de verduras puede servir como agua de tiempo a lo largo del día porque nos hidrata, calienta y aporta mucha caloría extra; una dieta de pollo o caldo de gallina puede representar un desayuno o cena, y una sopa contundente, como el aguadito de pollo, puede ser el almuerzo.
Lo que la sopa no debería ser es una entrada, ya que desplaza la ensalada que, justamente, carga las vitaminas, minerales y fibras que necesitamos para fortalecer nuestro sistema de defensa. Pensar que la ensalada, por ser un plato frío, no va en el invierno es un error.
Frente al clima frío, las sopas son una preparación versátil y, según sus ingredientes, puede ser muy nutritiva, pero no reemplaza las verduras.
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