El Perú es considerado como la despensa del mundo y nuestros antepasados nos dejaron un gran legado de plantas alimenticias y medicinales, entre ellas el tocosh. La palabra ‘tocosh’ deriva del vocablo ‘togosh’ que, en quechua, significa arrugado y fermentado.

El tocosh es el resultado de la fermentación bacteriana de productos andinos como la papa, el maíz, olluco o la arracacha. Se cavaba un hoyo cerca del río, colocaban las papas adentro y las cubrían con paja. Con el tiempo, entraría agua y maceraría los tubérculos durante seis meses. Posteriormente, los tocoshs se recogían y se secaban al sol.

La producción agrícola en el incanato era mucho más de lo que sus ciudadanos podían comer. En lugar de dejar que la comida se descompusiera, practicaron métodos de conservación. La mayoría de estos métodos no fueron inventados por los incas, sino por sus antepasados. Sin embargo, ellos desarrollaron ciertas prácticas para establecer una producción a gran escala. Una de ellas fue exponer sus cultivos a climas fríos para secarlos por congelación. Los frutos secos, las verduras y las papas (chuño) se secaban para llenar sus almacenes (Colcas o Qullqas). Fue a través de la experimentación de estas técnicas que se hizo el tocosh. Tenga en cuenta que no contiene penicilina. La fermentación de tocosh solo produce compuestos que tienen efectos similares a la penicilina.

Ha habido interesantes estudios en la investigación de tocosh. Las últimas pruebas científicas, realizadas por la Universidad de San Marcos, corroboraron las afirmaciones empíricas de sus propiedades curativas. Es beneficioso en el tratamiento de neumonía, gastritis, úlceras, infecciones estomacales o renales y hemorroides. Otro estudio interesante fue realizado por la Universidad de Trujillo y concluyó que Solanum Tuberosum L. tiene fitoquímicos que ayudan a prevenir dolencias degenerativas como aterosclerosis, diabetes tipo 2, fibrosis hepática, enfermedad de Alzheimer, degeneración macular y cáncer.

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