Hace 5 años, aproximadamente, el recorrido laboral de Jesús Alzamora tomó una ruta diferente, arriesgada, pero que lo ha convertido en un hombre de desafíos. Con su primer programa de entrevistas “La Banca”, el conocido conductor de televisión incursionó en Youtube, una plataforma en la que ahora acumula 394 mil suscriptores y cuenta con otros proyectos digitales como “La lengua”, un programa irreverente de conversación con famosos que comparte junto a su esposa María Paz Gonzales-Vigil, y “Hazme La Taba”, su más reciente propuesta sobre viajes, ideas y tutoriales. No obstante, reconoce que en sus inicios como youtuber se enfrentó a una realidad completamente diferente a la que estaba acostumbrado, pero supo adaptarse y hoy goza de gran éxito.
Diario OJO conversó con el también actor, mago y escritor sobre sus inicios y los retos que ha enfrentado como creador de contenido.
¿Te propusiste ser youtuber o se dio la oportunidad? Yo empiezo creando contenido más familiar, para mis redes sociales personales, y me doy cuenta que gustaba bastante. Justo, en ese tiempo, conozco a un productor audiovisual muy bueno, el ‘Chino Frank’, que es mi socio actualmente, y él me sugiere que ingrese a Youtube. Yo no tenía mucha idea de qué podía hacer, ni tampoco de Youtube, pero tenía muchas ganas de entrevistar y pudimos hacer “La Banca”. Apenas estrenamos (el primer programa), sentí un placer enorme de saber que algo que yo había pensado con mis amigos en mi casa, se había hecho realidad. Ese fue el primer gatillo de todo lo que vino después, ya son 5 años con el canal y ya tenemos una comunidad de casi 400 mil personas.
¿Qué diferencias encontraste entre el mundo digital y el televisivo? Cuando uno trabaja en tv, especialmente en mi época, el conductor era tratado como si fuera “la estrella”. En Youtube es totalmente diferente. El hecho de entrar a Youtube y que no haya ni siquiera un micrófono o un espacio formateado, sino que tú tienes que hacer todo, hace que tengas una curva de aprendizaje muy pronunciada, pero a la vez placentera, sobre todo si eres una persona que te gustan los retos.
¿De qué manera te ayudó tu experiencia en la tv como youtuber? Sin querer, yo aprendí mucho en la televisión de la parte audiovisual: cómo hablar ante una cámara, cómo construir una historia, a pesar de ser formato concurso, y ya en Youtube terminé de desarrollar lo que considero que soy ahora, un creador de contenido o un productor. Me considero un productor porque cuando creo mis proyectos me meto de cabeza, desde la música, el logo, la paleta de color, la dinámica, la atmósfera del programa, la parte técnica. He tenido la suerte de estar en los dos mundos y esto me ha permitido tener una visión más 360 de la Comunicación.
Hay gente que sigue creyendo que el trabajo de los creadores de contenido es fácil. ¿Qué opinas al respecto? Cada vez se va desmitificando esa idea y se va entendiendo que este trabajo requiere de mucha consistencia y de enfrentar muchos momentos feos como, por ejemplo, cuando haces un video y lo ven pocas personas o no les gusta. El creador de contenido está muy ligado a sus emociones. Cómo se siente él, tal vez, va a afectar directamente a cómo está el proyecto. Además, hay todo un trabajo de planeamiento, estrategia y de grabación y edición no muy diferente al que pueda tener un persona del sector corporativo o un emprendedor. Es un trabajo como cualquiera, solo que ha entrado con mucha fuerza, por eso está un poco susceptible a que la gente hable sobre él.
Nos hablas de que has tenido una curva de aprendizaje muy pronunciada. ¿Cuál sería tu mensaje para las personas que están iniciando proyectos digitales en Youtube? Lo primero que les diría es que no hagan lo que yo hice, dejar el canal abandonado por cierto tiempo. Creo que ahí perdí una posibilidad de crecimiento muy grande. Tuvo que llegar la pandemia para crear “La Lengua” y darme cuenta que las plataformas digitales y la generación de comunidad lo que requiere es contenido constante. Este famoso término que usan los publicistas que se llama “always up” (siempre arriba). Cuando entendí esto el despegue del proyecto fue mucho más exponencial.
De todos tus proyectos, “La banca”, “La Lengua” y “Hazme La taba”, ¿cuál ha sido el más difícil de sacar adelante y por qué? Los más difíciles son los proyectos que no son de conversación porque yo acostumbré a la gente a ver contenido de entrevistas. Y si, de pronto, pones un programa de literatura o de bloques en formato viajes o un programa review de tecnología, el público se sorprende. Tienes que ir encontrando la manera de enganchar a esa audiencia. Yo diría que ahora mi proyecto más interesante, pero que también es el más difícil de entender cómo funciona, es “Hazme La taba”. Es un formato de viajes donde he podido estar en diferentes partes del mundo grabando contenido y tratando de contarle una historia a la gente.
¿Cómo surge “Hazme La taba”? Al inicio de la pandemia, pude descansar de todo el trabajo fuerte que estuve haciendo, pero luego me sentí atrapado, como todos, y empecé a ver mucho contenido en Youtube. Entonces, entendí que yo podía hacer lo que hacían esos youtubers, tengo unos 10 referentes de México, Canadá, Argentina, Colombia. Vi que tenía esa posibilidad de contar historias, pero no en un estudio, así que apenas se levantaron las restricciones por el Covid, compré una camarita y empecé a grabar viajes. El proyecto iba bien, pero, claro, honestamente yo llegué un poco tarde la ola de los vlogs que empezó hace muchos años. Yo ya estaba subido en la ola del podcast y, de pronto, fue como empezar de cero. Pero eso también es súper motivante para mí porque me permite salir de esta zona de confort que se detiene y empieza a trabajar en automático.
El programa “La Lengua” lo conduces junto a tu esposa, María Paz Gonzales-Vigil. ¿Qué ha significado esto en su relación? Cuando hicimos “La Lengua” con Paz queríamos un proyecto que sea natural, como somos en nuestra vida diaria. Era un riesgo alto, ahora con esta cultura de la cancelación, pero dijimos ¡vamos hacerlo!, y la respuesta fue abrumadoramente buena. A partir de ahí, descubrimos la tecla de lo que funciona, sobre todo para las parejas que, al igual que nosotros, tienen problemas normales por la paternidad u otros temas, eso te permite tener un contenido que sea muy identificable con la gente y, especialmente, desmitificar esa idea que de que las parejas de televisión siempre están en modo “perfectitos”. Nosotros estamos bastante alejados de esa premisa. (Risas)
¿Cómo dirías que es el mundo de los creadores de contenido? ¿hay rivalidad, argollas? Es más competitivo hacia ti mismo, pero no al resto. Entendemos esa sensación de enfrentarte a la hoja en blanco. Hay una sensación de empatía bastante bonita, especialmente en Youtube donde yo estoy más especializado. Aunque tampoco sentí rivalidad en la televisión.
¿Alguna anécdota o entrevista que haya sido especial y por qué? Recuerdo con mucho cariño la primera entrevista que hice con Edison Flores. Le dije “quiero que vengas a un programa de entrevistas que todavía no existe, pero tú vas a ser el primer invitado” y respondió “voy”. Él no me conocía, solo por televisión, y eso habla mucho de su generosidad. Puedo decir que somos amigos. También me gustó una entrevista que hice con Danna Paola y fue rebotada en México. Incluso, ella comentó que había sido la mejor entrevista y mencionó una anécdota muy cortita. Los periodistas mexicanos, buscando un titular llamativo, le preguntaron si ella estaba fomentando las drogas porque su canción “XT4S1S” (Éxtasis) y Danna respondió: “no, creo que no lo han entendido bien, el que sí lo hizo fue un chico podcastero peruano que cuando yo le pregunté que era para él el éxtasis, me contó que fue la primera patadita que sintió de segundo hijo por nacer”. Y yo pensé, wow, realmente con trabajo puedes marcar la vida de personas que están en un nivel súper exitoso, muy mediáticos mundialmente.
Te vimos hace poco en “La Voz”. ¿Estar en televisión sigue siendo parte de tus proyectos? Más que regresar a la tele, si el proyecto me gusta accedo a él, ya sea en televisión, cine o teatro. Dependerá del contenido para que a mí me motive, más que de el dinero. Por ejemplo, la propuesta que me sedujo mucho a la hora de hacer “La Voz” este año fue que lo iba a hacer con Paz, fue la única condición que pedí, y lo hice feliz de la vida. Lo que si te confieso es que no me gustan los proyectos tan largos en donde no soy el productor.
Te hemos visto como modelo, actor, mago, conductor, escritor y ahora productor y creador de contenido. ¿En qué otra faceta te gustaría incursionar? En este momento estoy muy metido en la creación de contenido, pero como videógrafo. Todos mis esfuerzos del día, además de “La lengua”, están concentrados a convertirme en un mejor videógrafo. En exponer mejor la luz, en contar mejor historias con diferentes cámaras, de poder llegar a un espacio técnico mayor del que estoy acostumbrado. Y ese proceso me tiene muy motivado.
¿Cómo definirías tu contenido? Intentamos ser una alternativa divertida, que le permita a la gente poder conocer a las personas que vienen al programa de una manera distinta a como la pueden ver en otros espacios. Eso nos ha caracterizado en estos 5 años y es el feedback que yo he conocido en la calle y es lo que me hace más feliz.
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