En el Olimpo de los dioses de la cumbia, el nombre del gran Makuko Gallardo ocupa un lugar de privilegio. Aunque desde hace 18 años el intérprete de “El cervecero” y “Me emborrracho por tu amor” nos dejó sin su voz en la tierra, desde arriba es testigo de que sus canciones lo mantienen vivo en la memoria del pueblo.
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Pero no todo está perdido, la sangre llama y pesa, y en 2023 su primogénito Edgard Gallardo ha decidido tomar las riendas del gran Makuko. No está dispuesto a que el nombre de su padre caiga en malas manos, por eso, aunque estuvo dedicado a los negocios por muchos años, siente que ya es la hora de dedicarse íntegramente a la música.
“Me animé a seguir el legado de mi padre cuando comencé a ver que salían muchos que lo imitaban. Todo el mundo asumía su estilo cuando nunca se habían acercado a mi padre, no lo habían visto de cerca ni una vez. Yo dije: qué está pasando acá, hay gente que ni siquiera tuvo amistad con mi papá y está explotando su imagen. Así que me animé, a veces cantaba en público y me decían que mi voz se parece a la de mi papá, eso me motivó”, cuenta Gallardo.
-Tu voz es heredada, viene de los genes, no lo estás imitando.
Yo canto los temas que hacía mi padre, y claro que no lo imito, es mi voz original. Es por esa razón que nunca participé en ese programa “Yo soy” porque me decían que vaya, pero no pues, porque iban a creer que era el imitador de mi padre y no, esa es mi propia voz.
-¿A tu papá le gustaba que sus hijos se dedicaran a la música?
No le gustaba mucho que nos dedicáramos a lo mismo que él, sabía que es una profesión muy dura. Yo soy el mayor, tengo 45 años, y cuando yo estaba chico en el colegio, mi papá todavía no era ese boom que se volvió desde 1995 al 2000. Por eso, en ese momento no me imaginaba seguir sus pasos.
-¿Qué esperas de tu incursión en la cumbia?
Lo que quiero es que el nombre de mi padre no muera, que el nombre de mi padre siga vigente con el transcurrir del tiempo. Que mañana más tarde, yo deje un legado para mis hijos, para mis nietos, para mis sobrinos, que el nombre de Makuko Gallardo no quede en un simple recuerdo. Busco que no digan que no salió nadie más como él, eso es muy aparte de lo monetario.
-¿Pero no ha sido fácil decidirte e iniciar este reto?
He venido trabajando solito en este mundo de la música desde hace algunos años. Nunca me gustó tocar puertas, al principio lo hice pero me la tiraron en la cara. Entonces decidí embarcarme, y remar solo con el apoyo de mis hijos, de mi señora, de mi madre, de mis hermanos, y de los amigos que en realidad valen la pena y me apoyaron bastante. Y después de tanto sacrificio ya llegó el momento.
- La cumbia atraviesa por su mejor momento. Tu padre estaría feliz de que se baile en todos los estratos sociales.
Que se llenen estadios con la cumbia, que la selección de fútbol cante ‘El Cervecero’ y que se baile en todos lados eso es algo que pondría muy contento a mi papá. Que la cumbia esté en boca de todo el mundo me motiva a seguir y sobre todo a luchar porque el nombre de mi padre no quede en el olvido.