La cantante folclórica Sonia Morales contó a diario Ojo que temía perder la voz por operación a las cuerdas vocales.
- ¿Sonia, cuéntame cómo fue tu infancia?
Muy linda, a pesar de las adversidades que teníamos por el tema económico. Nosotros nunca conocimos la Navidad, en la sierra no esperábamos juguetes, menos la cena navideña, prácticamente nada. Era una fecha cualquiera y sé que aún hay muchos pueblos olvidados y humildes que pasan muy triste esa fecha.
- ¿Eras una niña inquieta?
Totalmente hiperactiva. Mi abuelita me decía que parecía varón, era muy arriesgada para todo. Recuerdo que una vez cuando jugaba en la escalera, mi abuelita me decía: "Te vas a caer". Y bueno, yo confiada no le hice caso, me caí y ella empezó a aplaudir. Eso jamás lo olvido.
- ¿Cuál ha sido tu peor travesura, ya sea de niña o adolescente?
El haber quemado la blusa de mi mamá sin querer. Estaba jugando con la pelota (de trapo) con mis hermanos y había una canasta donde estaba la ropa sucia, sin querer pateé y la blusa se cayó al fogón (cocina) y empezó a quemarse. Inmediatamente lo escondí en un hueco y semanas después lo encontraron, ninguno de mis hermanos quiso admitir quién fue. Todos nos echamos la culpa.
- ¿Cómo viviste la adolescencia?
No era rebelde, pero en esa época cuando era joven los matrimonios eran arreglados. Mi padre por la misma adversidad económica casi me obliga a casarme de joven. Felizmente eso no sucedió. Y pasado el tiempo entendí que mi papá no quería que tuviera una situación difícil.
- ¿Cómo definirías a tu familia?
Muy cariñosa, humilde y que a pesar de haber crecido con muchas necesidades siempre todos nos apoyábamos. Mis hijos son muy tranquilos, estudiosos y a pesar de no haber estado a su lado en muchos momentos, los he sabido conducir por el buen camino.
- ¿Qué fue lo más duro que te tocó vivir?
Cuando me operé de las cuerdas vocales. Tuve el miedo de que no volvería a subirme otra vez a los escenarios. Fue la etapa más dura de mi vida, pensé que no me recuperaría tan fácilmente y no volvería a cantar.
- ¿Cómo cambió tu vida la maternidad?
Cuando llegas a tener hijos tu vida cambia totalmente porque tienes más responsabilidades. Eso me pasó cuando tuve a mi cuatro hijos: Marisela (25), Alison (20), Kiara (16 y Camila (7).
- ¿Eres exigente en el amor?
No tanto, yo he querido siempre compartir mi vida con una persona soñadora, luchadora y que no tenga vicios. Estoy con el padre de mi hija (Kiara), paramos permanentemente juntos y apoyándonos siempre.
- ¿Algo que jamás harías?
Abandonar a mis padres, Abraham y Agustina. Es bien difícil que yo lo haga como hija porque hasta ahora están conmigo. Lo que tampoco haría es apropiarme de algo que no me corresponde.