El taxista Jordan Feliciano Rodríguez (22), padre de un niño de tres años y menor de tres hermanos provenientes de una familia de escasos recursos, fue asesinado de tres disparos la madrugada de ayer, cuando bebía cerveza en un hostal clandestino de San Juan de Miraflores.
Lo balearon en la espalda y el estómago por razones que la Policía Nacional está tratando de conocer. Feliciano, quien hace poco obtuvo su brevete para hacer taxi y ganar dinero, fue hallado sin vida en la calle, boca arriba y con los brazos extendidos sobre el pavimento.
Su trágica muerte provocó un fuerte enfrentamiento en el sector Miguel Grau, entre los familiares y amigos de Feliciano y la Policía, que intentó mantener el orden.
BEBIDA Y SANGRE. Según sus allegados, Feliciano fue baleado en la vivienda ubicada en el sector Miguel Grau, manzana D-2, lote 38. El local es un edificio de tres pisos que funciona como hostal clandestino, señalan los vecinos.
Allí estuvo el taxista bebiendo con amigos hasta que fue atacado. Feliciano, según la Policía, intentó huir, pero finalmente cayó muerto sobre la vereda, cerca del cruce entre el jirón Piura y la avenida Central.
La familia, que encontró el cadáver alrededor de las 7:30 de la mañana, lloró, gritó, reclamó y se enfrentó con la Policía, a la que exigió una exhaustiva investigación para dar con el autor de los disparos.
¡QUe SUBA!, ¡QUe SUBA!. No obstante, la familia de Feliciano sospecha que tras el crimen esté Hernán Huamán Casana (46), administrador del local clandestino, a quien también acusan de comercializar droga.
La madre de Feliciano, identificada como Melchora Rodríguez Medina (54), se encaramó en la camioneta de la Policía y la Fiscalía para pedirles que ingresaran al edificio donde mataron a su hijo, y detengan al presunto agresor.
Lo mismo hicieron otros allegados, entre amigos, hermanos y sobrinos, una turba de aproximadamente 20 personas, que quisieron ingresar a la fuerza al predio. Algunos jóvenes, primos de Feliciano, escalaron por una reja vecina e ingresaron al segundo piso por un balcón.
Allí reventaron una puerta a punta de patadas y arrojaron piedras para después ingresar.
Mientras esto ocurría, otros hombres y mujeres lanzaban piedras a las ventanas, y pedían a la fiscal que ordene la detención de Hernán Huamán.
El enfrentamiento duró casi una hora, mientras un contingente policial intentaba dispersar a los furibundos familiares.
“Él (Hernán) ha sido quien lo ha matado. Allí siempre se realizan fiestas, entra gente a fumar, venden droga. No es la primera vez que ocurre un crimen en ese hostal clandestino. Voy a pelear hasta el final para que se haga justicia con mi hijo”, dijo la señora Melchora, quien afirmó que sufre de diabetes.
POSIBLE CLAUSURA. Hernán Huamán fue herido por una piedra que alguien le lanzó. Él salió del recinto con la cabeza y la ropa ensangrentada. “Le ha caído una piedra cerca de la oreja. Aún es muy prematuro afirmar que él fue el autor del crimen, eso ya está en manos de la Divincri”, informó el mayor PNP Jaime Díaz, jefe de la comisaría de Pamplona 1.
Hernán fue llevado primero a la comisaría y luego a la posta médica Manuel Barreto, donde le suturaron la herida.
La Policía baraja una serie de hipótesis preliminares en el crimen. Una de las teorías es que Feliciano fue asesinado por una disputa por una mujer. Otra teoría, según el mayor Jaime Díaz, es que ha sido un crimen por venganza, en el que habrían participado algunos familiares del allegado.
Sin embargo, el caso ya se encuentra en la División de Investigación Criminal de San Juan de Miraflores, y se espera que en los próximos días surjan nuevos indicios que permitan dar con el pistolero.
“No dejaremos que esto quede así. Ese señor (Hernán) tiene contactos con la Policía y tememos que lo dejen en libertad. Nadie va a devolver la vida a mi hermano”, afirmó Sandra Daza Rodríguez, hermana de Feliciano.
El mayor PNP Jaime Díaz sostuvo que en las próximas horas pedirá al municipio la clausura del hostal clandestino, que ya ha recibido varias quejas de los vecinos de la zona, pues afirman que allí venden droga, prostituyen a menores y se planean asaltos.Ellos no quieren más violencia en el lugar.