Más revelaciones en el asesinato de la venezolana Lizmar Hernández Farías (27) en Canta y que trabajaba en un edificio de San Borja para cuidar a Cosme Rafael Villegas Peña, de 72 años.
Fue el mismo septuagenario quien confesó haberla ultimado de un disparo. La Policía indicó que la joven se opuso a tener una relación con el feminicida, pero él ha dicho que ella le robaba dinero. Fuentes policiales revelaron a OJO que, tras la negativa de la joven, el anciano siguió insistiendo, pero la respuesta siempre fue la misma por parte de la mujer.
Grabó el camino a su muerte
Nunca imaginó que un simple paseo a Canta sería el camino hacia su muerte. El dominical de Latina difundió imagénes de los videos que grabó la joven cuando viajaba en el auto de su empleador.
Las imágenes fueron publicadas en su estado de WhatsApp y datan del 30 de diciembre, a la 1 de la tarde, aproximadamente. Allí se escuchan las voces de Cosme Villegas y ella.
El 30 de diciembre, según confesó Villegas Peña a la Policía, le pidió a la joven que la acompañe a Canta. “Fueron en un carro del detenido y, camino a Huamantanga, él se estaciona y le dice a la mujer que vaya por un poco de agua a un riachuelo, porque el vehículo estaba recalentando”, indicó una fuente policial.
Lizmar descendió y, mientras llenaba el agua en una botella, el hombre sacó un arma de fuego y le disparó por la espalda. La bala impactó en el cuello a la joven y le causó la muerte.
Ese mismo día, la Policía halló el cadáver en Huarimayo, cerca a Huamantanga. Los familiares de la joven habían reportado su desaparición el 30 de diciembre.
Familiares piden justicia
Un familiar de la extranjera relató ante la División de Homicidios de la Dirincri que tan solo al primer mes de trabajo, el anciano le dijo que pretendía iniciar una relación seria con ella.
“Ella no tenía novio, no tenía pareja. A ella le gustaba trabajar, ni salía de noche porque me dijo que la situación en Perú era peligrosa”, dijo un familiar al programa de Latina.